Procedimientos y métodos de trabajo

Desarrollo de la propuesta en el tiempo

       En el caso de Pollerapantalón, el proceso se inició con la escritura del texto dramático. A partir de una serie de imágenes disparadoras (todas vinculadas al hecho de ponerse ropa de otros), fue necesario transitar un período de profunda indagación, tanto teórica como literaria. La lectura de Tótem y tabú de Sigmund Freud([1]) fue crucial para poder entender cuestiones centrales que se desarrollan en la obra tales como las posibilidades de resolución del complejo de Edipo tanto en el hombre como en la mujer, como así también elementos vinculados a la prohibición del incesto y a la génesis de los distintos tabúes que nos rigen como sociedad aún en nuestros días. De forma complementaria, fue muy enriquecedora la lectura de Edipo Rey de Sófocles([2]), Caín de José Saramago([3]), La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca([4]) e incluso fragmentos bíblicos como por ejemplo los episodios de Caín y Abel en el Génesis. Más allá de la diversidad de los textos, descubrimos que cada uno de ellos aportaba luz sobre el mismo problema y, en ese sentido, poder reflexionar sobre el arquetipo de la mujer fálica desde tan diversas perspectivas sin dudas enriqueció el trabajo.
       Una vez culminado el proceso de escritura, la siguiente tarea consistió en el armado del elenco y del grupo de trabajo. Tal como desarrollaremos en el apartado siguiente, la mitad del equipo de este espectáculo ya había formado parte de una obra anterior: Seca [adentro, la intemperie] de Lucas Lagré. A ellos se sumaron los actores y los encargados de las áreas Sonido, Fotografía y Producción ejecutiva.
       Conformado el equipo y diseñada la producción, comenzamos con el trabajo efectivo de puesta en escena. Para ello, optamos por trabajar con los actores y con los rubros técnicos en paralelo con la creencia de que este intercambio constante enriquecería la búsqueda y el resultado final.
       En el caso de los intérpretes, el trabajo se inició con un profundo análisis de la obra. Allí descubrimos que era crucial poder desprenderse de la literalidad del texto para poder acceder al verdadero sentido oculto tras los enunciados y descubrir las acciones dramáticas subyacentes. En ese sentido, nos sentimos obligados a adoptar un enfoque multidisciplinario y recurrir a herramientas que brinda la semántica argumentativa francesa para poder hacer un análisis más acabado de la materialidad textual([5]) .
       Superada esta instancia, y para no quedarnos encerrados en la textualidad, comenzamos un proceso de búsqueda de materiales visuales que nos aporten un nuevo punto de vista, en particular para poder construir a los personajes. En ese sentido, películas como Mommie Dearest (1981), Precious (2009), Misery (1990) y The Hours (2002) fueron de gran importancia en el trabajo, ya que nos iluminaron sobre distintas posibilidades de composición de mujeres fálicas, como así también sobre aspectos expresivos necesarios para construcción del código de actuación que detallamos en el primer apartado.
       Luego, se dio inicio al proceso de ensayos propiamente dicho donde los actores empezaron a transitar y componer sus personajes y, al mismo tiempo, se comenzó a diseñar la espacialidad (una suerte de proto puesta en escena). Este período de experimentación fue crucial para poder descubrir las posibilidades expresivas que permitía tanto un espacio casi por complejo despojado, como también la ausencia total de objetos de utilería.
       Como anticipamos, de forma paralela al trabajo con los actores se comenzaron a diseñar las propuestas de los rubros técnicos. Al respecto, fue muy importante la elección de una dinámica de trabajo multidisciplinaria donde cada área desarrollaba su planteo en estrecha relación con las demás. De esta forma, se construyó un proyecto estético de gran riqueza donde todos los elementos trabajan en la misma dirección y de forma complementaria. En cuanto al diseño de espacio, fue de mucha ayuda la lectura de La poética del espacio de Gastón Bachelard([6]).
       Por último, ingresamos en un período de integración de ambos trabajos (el de los actores y el de los rubros técnicos) y la puesta en escena efectiva del espectáculo. Para ello, fue fundamental también poder tener un número importante de ensayos en la sala para poder ajustar nuestra propuesta a la espacialidad real con la que contábamos y a sus recursos técnicos.



[1] Freud, S. (2001). Tótem y tabú y otras obras. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
[2] Sófocles. (2008). Edipo Rey. Buenos Aires: Colihue.
[3] Saramago, J. (2010). Caín. Buenos Aires: Alfaguara.
[4] García Lorca, F. (2003). La casa de Bernarda Alba. Montevideo: Kapeluz.
[5] En particular, fue de vital importancia el uso de herramientas que brinda la Teoría de la Polifonía (1984) y la Teoría de la Argumentación en la Lengua (1983) de Ducrot y Anscombre.
[6] Bachelard, G. (2000). La poética del espacio. Buenos Aires: Fondo de cultura económica.

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